lunes, 11 de octubre de 2010

La "Calcu" del Moquehue

En uno de mis tantos viajes como mochilero a la provincia de Neuquén, sucedió el hecho que voy a contar.
Habiendo llegado a Zapala, decidimos “bajar” a los Lagos Aluminé y Moquehue.
La zona es sobrecogedora por su belleza y su misterio. Uno puede disfrutar de la naturaleza solo quedándose quieto, observando y escuchando.
Existe un bosque muy frondoso en los alrededores de los lagos, formado por Lengas, Ñires y otros Notofagus (1), que tienen callos formados por los Llao llao (2) y que de sus ramas penden extensas formaciones de “barba de viejo” (3) esto les dá un aspecto similar al de los bosques de los cuentos de hadas. Son notables también los Pehuenes: La araucaria del sur, cuya edad dicen los pobladores supera los quinientos años: y no es de dudar, pues cada pino de éstos mide de veinticinco a treinta metros de altura y sus troncos superan en diámetro los casi tres metros.
Debajo de una araucaria de éstas construimos el campamento, con un fogón revestido de piedras enterradas. Alrededor de él nos reuníamos cada noche a disfrutar del descanso y la cena…y por supuesto, a contar historias.
A veces por la noche solíamos escuchar los quetros (4), en el lago y también unos caballos que a juzgar por los ruidos se metían a la noche a revolcarse en las frías aguas.
En este contexto, es que sucede esta historia.
Una tarde de esas que habíamos regresado de Chile, del Paso Icalma. Preparamos unos mates y nos sentamos cerca del fogón a intercambiar impresiones de nuestra visita al país vecino, se fue haciendo tarde y una de mis compañeras preguntó: -¿Alguien tiene idea de lo que vamos a cenar? Nos miramos entre todos y Fernanda invitó a Sonia y a mí, a ver si en la proveeduría de un tal Almeida podíamos conseguir algo para preparar la cena.
El almacén de ramos generales (y según las malas lenguas “centro de contrabando de ganado” argentino-chileno) distaba del campamento unos mil quinientos metros mas o menos. Así que teníamos que atravesar una buena parte de bosque hasta acercarnos al camino, donde a su vera se hallaba este local.
Unos metros antes de llegar al camino, desde el sendero, nos pareció ver sentada sobre un tocón de araucaria a una delgada niña de espaldas, con un lacio y bello cabello oscuro. Era a lo lejos menudita.
A medida que nos fuimos acercando, la mujer - notamos que no era una niña- permaneció inmóvil sin darse vuelta.
Vestía con ropas masculinas, una camisa y pantalón de trabajo, estaba cruzada de piernas, calzaba alpargatas y en una de las manos que tenía apoyada sobre la rodilla elevada sostenía un sombrero de ancha ala.
¡Sorpresa! al llegar al lado de ella repentinamente se dio vuelta, y juro, que nunca había visto un rostro de tan marcada fealdad. Tan contrastante con la imagen que presentaba de espaldas que aseguro: uno podría señalar que era atractiva.
Al pasar a su lado mis compañeras hicieron un comentario y se rieron, sin disimulo. A la Joven no se le movió ni un músculo, pero al darme vuelta fugazmente, advertí en su rostro feo una sonrisa enigmática que me hizo correr un escalofrío por la espalda.
Me llamó la atención que al volver de la proveeduría, por el sendero, ya no estaba en el tocón. Se había esfumado.
Nuevamente mis amigas hicieron comentarios y se rieron…Y recordé una frase del Martín Fierro que repetía a menudo mi papá…”Quien ande en pagos ajenos debe ser manso y prudente”. Pero enseguida le resté importancia al hecho, ya que en el campamento estaba circulando el mate que acompañamos con pan casero.
Alguien, cocinó un rico guiso de arroz para la cena, y a la costa del fuego charlamos y recordamos el incidente de la mujer, donde coincidíamos que era además mapuche (5).
Luego de cenar quedamos en rueda, nos reímos y procuramos no echar mas “leña al fuego”…en los dos sentidos. Cuando las brasas se fueron extinguiendo nos metimos en la carpa a dormir.
No había pasado más de una hora cuando se sintió un ruido de hojas que caen…Luego silencio.
Creo que me estaba quedando dormido cuando una de mis amigas dijo: -¡¡Me tocaron la cabeza!!!
La otra gritó: -¡¡ Me pegaron una patada en la espalda!!
Encendimos las linternas y pudimos comprobar las deformaciones producidas en la tela, eran manos y pies no había dudas… salimos a los tumbos todos alumbrando los alrededores y…nada.
Nadie podría haber desaparecido tan rápido. No oímos ruido de pies a la carrera ni ramas rotas…nada.
Pero una cosa que nos dejó helados es que de pronto el fogón se encendió iluminando todo y en un instante se apagó. Solo quedando las luces de nuestras linternas.
Deliberamos un rato en voz baja, fuera de la carpa los cinco. No había ruidos. Miré hacia arriba y la bóveda azul negro del cielo me mostraba una perfecta Vía Láctea con millones de estrellas. Siendo el único varón del grupo quedé acostado en la puerta de la carpa por si acaso con la linterna y una rama como elemento contundente…
A la mañana los pájaros nos fueron despertando, y recorrimos. Lo único que se veía eran nuestras pisadas, ninguna otra marca extraña. Nos miramos durante el desayuno en silencio.
El día transcurrió como una bonita y calurosa jornada: fuimos al lago y recorrimos otros tantos lugares del otro lado de la angostura atravesando el puente.
Cuando volvimos al campamento, encendimos fuego para hacer mate. Había refrescado…el sol en su caída iluminó el bajo bosquecito de lengas a unos cien metros de la carpa, y pasó una tropilla (6), mas atrás venía el arriero. Era la mujer. Aún a lo lejos su rostro se veía inquietante. Miró hacia el campamento y se le dibujó una amplia sonrisa…iba erguida en el caballo y se perdieron en la espesura.
Enmudecimos. Nadie habló más del asunto.
Con el tiempo y estudiando el pueblo mapuche, dedujimos que era una machi (7) o una calcu (bruja) que se había cobrado las burlas de mis amigas.


Ren Shan




(1) Notofagus: Género de árboles de madera blanda.
(2) Llao llao: Hongo comestible que se desarrolla en las ramas de estos árboles. Deja cicatrices como verrugas arrosetadas.
(3) Barba de Viejo: Especie de liquen que crece también sobre las ramas y cuelga simulando la barba crecida de un anciano.
(4) Quetro: Ave acuática. Una especie de pato.
(5) Mapuche: Pueblo originario de la región cordillerana patagónica argentino chilena.
(6) Tropilla: Grupo de caballos domesticados algunos y otros no , propiedad de los pobladores rurales
(7) Machi: Curandera mapuche. Algunos investigadores sostienen que proceden de un linaje. Aunque otros se vuelcan por señalar también que aquellas que poseen algún defecto físico son formadas como machi y así la tribu la acepta.


Ren Shan

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